Bosque frente a campo de trigo - Una historia de la piel
Imagina que estás paseando por un bosque... ¿Qué ves a tu alrededor? Probablemente ve árboles, arbustos, flores, musgo, rocas, hierba, insectos y pájaros. Esta diversidad de especies forma lo que llamamos un bosque.
Supongamos que te encargan que cuides de este bosque. Si tu objetivo es que este bosque sobreviva... ¿Qué tienes que hacer? ¿Hay que regar? ¿Hay que abonar?
Claro que no... Es absurdo tener que regar un bosque. ¿Por qué hacerlo si el bosque se cuida solo? Si un arbusto muere, el árbol lo cubrirá. Si muere una flor, el musgo la cubrirá. Todo funciona como un ecosistema armonioso.
Ahora imagina que a sólo 50 metros del bosque hay un campo de trigo. Este campo de trigo recibe exactamente la misma cantidad de lluvia y sol que el bosque. La diferencia es que este trigal está formado por una sola especie de trigo.
¿Qué hay que hacer para cuidar este trigal? Hay que regarlo y abonarlo continuamente...
¿Por qué hay que cuidar el campo de trigo y no el bosque cuando ambos lugares tienen exactamente las mismas condiciones? Porque el bosque está formado por una gran variedad de especies, mientras que el campo de trigo está formado por una sola especie.
Por ejemplo, si el trigo es atacado por plagas, no hay otras especies que puedan ayudar a cubrir los cultivos infestados. La plaga se extenderá y a menudo se necesitan fuertes pesticidas para minimizar su avance.
Comparar un bosque con un campo de trigo es la analogía perfecta entre una piel sana y una piel desequilibrada. Una piel sana es como un bosque. Una diversidad de especies (microbios) que viven y prosperan dentro y sobre nuestra piel. Esta diversidad reduce el riesgo de que una especie se apodere de una zona y cree inflamación en la piel. Además, nuestro sistema endocannabinoide actúa como las raíces de cada una de las plantas y árboles del bosque.
Por desgracia, cada vez más personas, sobre todo mujeres, especialmente en el mundo occidental, tienen un campo de trigo en la cara. Han perdido la diversidad de especies de su piel y, por lo tanto, deben regarla continuamente (por ejemplo, con ácido hialurónico) y fertilizarla (por ejemplo, con una crema hidratante) para que la piel funcione razonablemente bien.
Nuestro objetivo, y el objetivo que deberían tener todos los profesionales del cuidado de la piel, es por tanto muy sencillo. Hacemos todo lo posible para planificar un bosque imaginario en tu rostro. Cuando contribuimos a una diversidad de especies, la piel cuida de sí misma. Esto contribuye a la salud de la piel a corto y largo plazo y es el objetivo final para una salud óptima de la piel.
Deja de utilizar limpiadores agresivos, exfoliantes y mascarillas que contribuyen a crear un campo de trigo. En su lugar, empieza a cambiar tus hábitos de vida y utiliza cuidados que favorezcan la diversidad microbiana de tu piel.
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