Hoy en día es, para la mayoría de la gente, completamente obvio que los seres humanos que vivimos en la Tierra estamos formados únicamente por una especie humana. Además de la nuestra, existe un gran número de otras especies, como plantas y animales. Aunque esto es obvio hoy en día, no siempre ha sido así.

Lo cierto es que hace 300.000 años, nosotros (Homo Sapiens) sólo éramos una de las varias especies humanas que convivían en la Tierra. A día de hoy, a los científicos les resulta muy difícil determinar con exactitud cuántas especies humanas existían, pero es seguro que había al menos otras 7 especies.

Durante mucho tiempo, los neandertales fueron la especie humana más común en Europa. Estas personas pueden haber sido una especie separada o una subespecie de nosotros, el Homo Sapiens. Su complexión fuerte y compacta les hacía físicamente mucho más fuertes que nosotros. Su cerebro era ligeramente más grande que el nuestro y se han encontrado pruebas de que tenían buenas habilidades sociales. También se ha descubierto que los neandertales tenían la piel clara con una amplia gama de pigmentación. Los neandertales se extinguieron hace unos 40.000 años y existen varias teorías sobre las causas. Entre las posibles razones se encuentran el aumento de la competencia de otras especies humanas, las enfermedades o una consecuencia del cambio climático.

La última (y definitiva) especie humana conocida, antes de nosotrosse llama Denisovanos. Estas personas vivieron hasta hace unos 15.000 años y hay muchas pruebas que demuestran que esta especie era relativamente parecida a nosotros. También hay estudios que demuestran que algunas personas, incluso hoy en día, tienen un pequeño porcentaje de esta especie en su ADN.

Hay varias teorías diferentes sobre por qué se produjo esta extinción de las otras especies, pero sea cual sea la causa, se puede concluir que la capacidad de supervivencia de nuestra especie (Homo Sapiens) es asombrosa. Nuestra evolución humana nos ha permitido superar un gran número de obstáculos para llegar a donde estamos hoy.

Aunque hemos tenido que ser egoístas y velar por nuestros propios intereses en algunos casos, hemos tenido que cooperar con otras especies del mundo que nos rodea. Hemos necesitado formar parte de la asombrosa biodiversidad de todas las especies de la Tierra. En el momento en que empezamos a cultivar, empezamos a abandonar nuestra cooperación con otras especies... Empezamos a abandonar nuestra forma de vida evolutiva.

A continuación, algunos ejemplos de cómo nuestro modo de vida moderno intenta "engañar a la evolución":

1. Comemos mucho azúcar. Somos adictos al azúcar porque necesitábamos esta energía extra para nuestra supervivencia como cazadores y recolectores. Cuando veíamos una manzana, nos lanzábamos a comerla para obtener energía extra. Hoy en día, tenemos acceso a una cantidad casi ilimitada de azúcar y, por lo tanto, es perjudicial para nuestra salud.

2. Nos quedamos en casa el 90% mientras comemos cada vez menos alimentos nutritivos. En su lugar, intentamos sustituir nuestra presencia en la naturaleza y los alimentos nutritivos por suplementos y medicamentos.

3. Utilizamos productos fuertes para el cuidado de la piel (por ejemplo, limpiadores y exfoliantes) que eliminan los aceites naturales de la piel y los sustituyen por, a menudo, ingredientes sintéticos.

Nuestra especie es asombrosa. Ha experimentado un viaje evolutivo que nos ha permitido sobrevivir cuando otras especies se han extinguido. Es hora de que nos demos cuenta de ello y trabajemos con nuestro cuerpo en lugar de contra él.