En 2020, la industria mundial de la belleza facturó 100.000 millones de dólares, más de un billón de libras...

Son cifras difíciles de comprender, pero para ponerlas en perspectiva, podemos utilizar el siguiente ejemplo matemático. Supongamos que un producto de belleza medio cuesta 200 libras, esto equivale a 5.000 millones de productos vendidos en 2020... En un solo año.

Hay una serie de empresas que dominan con diferencia el mercado de la belleza. Las tres mayores son L'Oréal (27.000 millones de dólares), Unilever (21.000 millones) y Estée Lauder (12.000 millones). Estas gigantescas empresas poseen a su vez una gran variedad de marcas y las tres han experimentado un enorme crecimiento año tras año.

No hay cifras oficiales sobre cuántos productos de belleza diferentes hay en el mercado (presumiblemente porque esta cifra aumenta a diario), pero basándonos en el volumen de negocio global, se pueden estimar cifras de más de 30.000 productos diferentes. Estos productos, a su vez, se dividen en categorías como limpiadores, exfoliantes, mascarillas, cremas hidratantes, aceites faciales, sueros, desmaquillantes, parches oculares, lociones corporales, aceites corporales, exfoliantes corporales, etc.

La industria de la belleza está en pleno auge y hay muy pocos indicios de que este desarrollo vaya a estancarse... Pero... La pregunta que tenemos que hacernos es... ¿Necesitamos realmente todos estos productos diferentes?

Nuestra piel se ha desarrollado a lo largo de 1,9 millones de años de evolución. Se ha adaptado paso a paso, año tras año, para funcionar en las nuevas condiciones que surgieron cuando pasamos de ser chimpancés peludos a Homo Erectus menos peludos y luego a Homo Sapiens.

La piel es uno de los órganos más inteligentes y complejos que tenemos en nuestro cuerpo. ¿Es razonable que, tras 1,9 millones de años de evolución, este órgano necesite la aplicación constante de sustancias externas para funcionar? Si nos pregunta a nosotros, la respuesta es un rotundo no... La piel es en gran medida autosuficiente sin ninguna influencia externa.

Sin embargo, hay momentos en los que, por diversas razones, la piel se desequilibra (como afecciones cutáneas, piel sensible o piel inflamada) y necesita un poco de ayuda para recuperar su equilibrio (homeostasis). Lo mejor que podemos hacer en esos momentos es ayudar externamente a las funciones naturales de la piel a recuperar su vigor y funcionamiento. Sin embargo, esto no se consigue con una rutina de 5 pasos por la mañana y por la noche. Tampoco lo conseguimos forzando las células de la piel con diversos ingredientes sintéticos.

La mejor forma de apoyar las funciones propias de la piel es aplicar Prebióticos (para aumentar la diversidad microbiana de la piel) y Fitocannabinoides (para equilibrar el sistema endocannabinoide de la piel).

Pero, algunos se preguntan ahora... "Si es tan fácil conseguir una salud óptima de la piel... ¿por qué no todos los fabricantes de productos para el cuidado de la piel crean este tipo de productos?". Esto sigue siendo un misterio para mí, pero si tuviera que adivinarlo, creo que la respuesta está en la primera parte de este post. Hay al menos 1.000 billones de razones por las que las empresas de cuidado de la piel no quieren que exista una solución sencilla y relativamente barata. Además, no es posible patentar (y por tanto proteger) ni los cannabinoides ni los prebióticos.

Nuestro objetivo es desafiar, cambiar y mejorar fundamentalmente la industria del cuidado de la piel. Estamos absolutamente convencidos de que sólo se necesita un máximo de 10 productos diferentes para el cuidado de la piel para tratar y resolver todos los problemas y afecciones cutáneas que vemos hoy en día en la sociedad occidental. Ahora estamos haciendo todo lo posible para transmitir este mensaje al mundo.

Fuentes:
https://www.statista.com/outlook/cmo/beauty-personal-care/skin-care/europe#revenue

https://explodingtopics.com/blog/beauty-industry-stats